PUCARÁ de TILCARA - JUJUY
EL POBLADO
Autor: Juan Carlos Grassi - e-mail: jcgrassi1420@hotmail.com
Este sitio arqueológico se encuentra emplazado en la parte media de esta
región, sobre un cerro de 70 metros de altura en la margen izquierda del Rio
Grande.
Se lo definió como un Pucará
[vocablo quechua que significa
“fortaleza”, “fuerte” entre otros), sin embargo no presenta construcciones defensivas.
Estas estructuras, de las cuales principalmente se visualizan solo los
muros y cimientos, son parte de las antiguas viviendas, talleres, plazas,
tumbas y espacios ceremoniales, que habitaron los antiguos pobladores del
Pucará.
A partir de 1909, los primeros arqueólogos que intervinieron comenzaron
el trabajo de restauración de algunas de esas áreas. Pero recién a mediados del
siglo XX reconstruyeron gran parte de ellas.
BARRIO "LA ENTRADA"
Se denomina “Barrio de la Entrada”
por su ubicación.
En este sector encontramos numerosas viviendas y patios reconstruidos.
Este tipo de estructuras se distribuyen a lo largo de todo el poblado.
No obstante solo se reconstruyeron en algunos sectores del sitio.
En esos espacios, los pobladores realizaban diferentes actividades:
alimentarse, descansar y elaborar utesillos y herramientas para desarrollar
trabajos vinculados a la producción metalúrgica, textil, lapidaria y alfarera.
Un camino que parte de este Barrio conduce al Sector del Monumento. Se trata de una de las intervenciones
modernas que se hicieron en el sitio junto a la reconstrucción de las
viviendas. Fue realizado para permitir que los vehículos de mediano porte
lograran una aproximación más inmediata al lugar.
No obstante ello, en la actualidad, a fin de garantizar la preservación
del poblado, se prohibió el acceso de vehículos.
CEMENTERIO ESTE
En el "Cementerio Este", se ubican alrededor de 100 tumbas que fueran
reconstruidas hace más de medio siglo. Actualmente, estas tumbas son denominadas “cistas” y fueron confeccionadas a
partir de hoyos realizados en la tierra y revestidas de piedra.
Los difuntos eran colocados en posición “genuflexa”, es decir en cuclillas, junto a piezas cerámicas que
conservaban alimentos, instrumentos musicales, herramientas de uso cotidiano y
ritual, confeccionados en diversos materiales
.
Esos elementos, son designados por los arqueólogos como “acompañamiento
mortuorio”. Una vez introducido el individuo en la “cista”, se la tapaba con lajas
conformada por piedras planas de gran tamaño.
Las cistas eran reabiertas para realizar nuevos entierros y volver a
ofrecerles comidas y bebidas a los difuntos.
Este cementerio no representó el único sector en donde se enterraba a
los difuntos, ya que se localizaron otros cementerios en los faldeos sur, norte
y oeste. También para construir tumbas se usaron los espacios donde las
personas compartían sus quehaceres cotidianos, tales como patios y viviendas.
Práctica muy difundida entre las poblaciones prehispánicas del Área
Andina.
CENTRO CEREMONIAL “LA IGLESIA”
Se encuentra ubicado en el sector centro del “Pucará”.
Se trata de un centro ceremonial incaico, tradicionalmente conocido como
“La Iglesia”.
Esta última denominación fue dada por los pobladores locales de inicios
del siglo XX, atendiendo, posiblemente, a los altares con los que cuenta.
En este espacio, único en su tipo, que actualmente se encuentra
reconstituido, se llevaron a cabo numerosas celebraciones religiosas.
La función que cumplió “La Iglesia” posiblemente estuvo vinculada con el
poder político y social que ejercieron los incas sobre las poblaciones locales,
como una forma de justificar su dominación en la zona, mediante el control del
espacio ritual.
Durante las celebraciones se debió organizar el trabajo artesanal de los
pobladores locales con el que se tributaba al Estado.
Es decir, que se entregaban a los administradores incaicos objetos
producidos en el Pucará tales como: tallas en piedra, bienes de metal, entre
otros.
Investigación, Recopilación y Armado: Juan
Carlos Grassi
2016-09-13