martes, 17 de febrero de 2015

CAPILLA DEL MONTE, CÓRDOBA, ARGENTINA

        HISTORIA DE CAPILLA DEL MONTE


ANTECEDENTES HISTÓRICOS


Capilla del Monte tiene su origen en una Merced de tierra, llamada “Merced de Balumba”, la cual en octubre de 1575 se concedió a Don Bartolomé Jaimes, tomando éste posesión en el año 1585.

La Heredera directa de esas tierras fue Doña Lucia González Jaimes, hija de Don Bartolomé Jaimes, que con tan solo 9 años de edad recibió la merced de Gualumba (hoy Balumba) que comprendía a la actual Capilla del Monte, y quien junto a su marido el Sr. Maldonado venden su parte. Así suceden ventas y trueques hasta que en 1695 son adquiridas por el Capitán Antonio de Cevallos y Quevedo Jaimes, quien formó una estancia que puso bajo la advocación de San Antonio e hizo edificar una capilla de San Antonio del Monte (entre 1695 y 1719).

El Capitán Antonio de Cevallos murió aquí en 1719, heredando la propiedad su hijo. El oratorio levantado en piedras y adobe cocido, que mantuvo su integridad hasta 1824, fue totalmente demolido y vuelto a construir, como se lo observa actualmente, e inaugurado en 1910. Estiman que al momento de su demolición ya llevaba más de 200 años sirviendo para los oficios religiosos. Así se perdió un significativo monumento histórico.

La Estancia luego de sucesivas ventas ya en 1884, paso a ser propiedad del Dr. Adolfo Doering, sabio alemán llegado al país invitado por el Presidente Domingo Faustino Sarmiento, y es quien ha de trazar definitivamente la planta urbana, corriéndose el centro hasta la actual Diag. Buenos Aires, para hacerlo coincidir con la Estación del Ferrocarril -1892-, momento en que comenzaron a construirse los primeros hoteles de categoría. Doering trajo a dos ingenieros suizos que comenzaron con el trazado urbano y fue creada una comisión vecinal que fue la base del primer municipio. La localidad tomó el nombre de Capilla del Monte y su primer intendente fue Carlos Tessi en 1901.
 
De los primitivos habitantes podemos nombrar a los morenos y barbudos Comechingones.
Formaban varias tribus y la autoridad máxima era un cacique. Un gran asiento aborigen existió en los parajes hoy denominados Los Mogotes, Los Paredones, Águila Blanca y El Zapato.
Se cuenta que la tribu comandada por el cacique Águila Blanca fue la última que habitó el paraje que hoy lleva su nombre, de este cacique, bravo y aguerrido jefe, se conoce que los españoles lo sacrificaron junto a sus guerreros en la matanza de Ongamira, en el lugar llamado Cementerio de los Incas (cerro Colchiqui o Charalqueta). 

El cacicazgo era hereditario. Los asentamientos eran sobre las márgenes de los arroyos y ríos. De manera que las construcciones se alineaban siguiendo prudentemente las cercanías del agua a niveles fuera de los riesgos de una crecida.
En la zona de Capilla del Monte se puede pensar que vivieron en la cuenca del río Dolores, que atraviesa los parajes hoy llamados: Los Mogotes y Águila Blanca.

Cercano al año 1573, comenzó el lento pero inexorable proceso de extinción, ya fuere por encomienda, mestización, enfermedades traídas por los blancos-europeos, combate contra los españoles, todo lo cual fue menguando su número e influencia en la región. En Ongamira se concentraba gran parte de la población.
 
LA ESTANCIA DE SAN ANTONIO
El campo que compró el capitán Antonio de Ceballos tenía una extensión de un cuarto de legua al norte y otra al sur, por una legua al naciente y otra al poniente, formó en el mismo una estancia que puso bajo la advocación de San Antonio, construyó la casa para su vivienda, compuesta de sala y dos aposentos, además de otros cuartos para sus hijos y agregados e hizo edificar la Capilla de San Antonio, un molino y la bodega.
El principal cultivo de la estancia la constituían 1640 cepas de vid; además de la siembra de trigo, había algunas plantaciones de frutales, como manzanas, peras, higueras y criaban vacas, bueyes, caballos, yeguas y mulas.
Todo lo dicho se desprende del inventario efectuado después de su muerte en 1719. El capitán Antonio de Ceballos había nacido en el año 1646 y fallecido en su estancia de San Antonio en 1719.
Fueron sus padres el capitán Luciano de Ceballos y Doña Antonia de Quevedo Jaimes. Se casó con Doña Catalina de Almonacid Sarmiento, natural de La Rioja, con la que tuvo 9 hijos.
POSTERIORES DUEÑOS DE SAN ANTONIO
Heredó la propiedad su hijo, el Sargento Mayor Antonio de Ceballos Almonacid, que testó el 17 de junio de 1755, era casado con Doña Juana de Corvalán y Castilla, de la que no tuvo sucesión. El albacea de esta señora vendió la estancia el 14 de octubre de 1767 a Don Francisco de Ceballos, que la entregó como parte de su legítima, el 20 de junio de 1777, a su hijo Don Benito de Ceballos, y a éste lo heredó su hija Doña Concepción Ceballos, casada con Don Felipe Marín, que la vendió el 6 de septiembre de 1824, a Don Pastor Montoya y los descendientes de éste al Dr. Adolfo Doering.
(Datos proporcionados por el Lic. Alejandro Moyano Aliaga, director del Archivo Histórico de Córdoba).
Reproducido como servicio por “El Abrojal Turismo” y el “Hotel de la Capilla del Monte” de lo escrito en pergamino de fecha 1º de junio de 1976, existente en el recinto destinado al Sto. Patrono en la parroquia “San Antonio de Padua” de esta localidad de Capilla del Monte.
Recopilación y compaginación: Juan Carlos Grassi
Asociación Orígenes de Berazategui -Año 2015
 
 
                                             Capilla de San Antonio demolida circa 1900
                                                                       Actual Iglesia
                                    Estación del tren de las sierras- al fondo el "Cerro Uritorco"

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